Default: el remedio puede ser peor que la enfermedad

20 marzo, 2020

Resumen y conclusiones

  • La magnitud del impacto del COVID-19 en la economía local alteró, entendiblemente, todas las prioridades de la agenda del Gobierno. La pregunta que nos hacemos es si también alteró el rumbo.
  • La agenda hasta acá consistió en ordenar el frente financiero (reestructurar la deuda) para después poder encarar la agenda macroeconómica. Con la declaración de la emergencia sanitaria y consecuente “apagón económico”, esta agenda necesita una reválida.
  • La conferencia del ministro Guzmán del viernes por la tarde, donde explicó los lineamientos de la sostenibilidad de la deuda, parecería ser una señal de que la agenda se mantiene. Sin embargo, si el deterioro del contexto externo se sigue profundizando, las presiones políticas e internas del Gobierno para abandonar el camino de la reestructuración podrían intensificarse.
  • Frente a este panorama, nos preguntamos si realmente vale la pena continuar por el camino de la reestructuración en un mundo tan complejo. Nuestra posición es que el default trae beneficios de corto plazo muy marginales, no resuelve ninguno de los problemas centrales que hoy tiene Argentina y agrega otros que hoy no están en la agenda.

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