Lo que la pandemia precipitó

17 junio, 2020

Resumen y conclusiones

  • La crisis sanitaria parecería haberse controlado temporalmente con un mix de políticas de aislamiento, protocolos sanitarios, cambios de comportamiento y cierto grado de inmunización.
  • El daño económico es inevitable: la crisis del COVID-19 es la más pronunciada en mucho tiempo. Sin embargo, la respuesta de política económica fue coordinada y muy contundente: inyección monetaria sin precedentes acompañada de impulso fiscal. Sin bien hay algunas señales macro que permiten retomar cierto optimismo, todavía es muy temprano y la expectativa de una recuperación en “V” parece haber quedado atrás: el patrón de la recesión y su salida se parece mucho más al símbolo de Nike ®
  • Luego de una caída abrupta, el mercado está muy cerca de haber recuperado la totalidad de las pérdidas. No obstante, la anatomía de la recuperación muestra diferencias bastante marcadas en términos de clase de activos, geografía, tamaño de compañías, sectores, factores, ciclicidad y hasta una diferencia entre lo que es la vieja economía vs la nueva.
  • Mirando hacia adelante, la pandemia precipitó una serie de tendencias que se venían manifestando mucho más lentamente: (i) tasas reales más bajas en un mundo más endeudado; (ii) no luchar contra la Fed; (iii) búsqueda de rendimientos; (iv) crecimiento con incertidumbre; (v) debilitamiento del dólar; (vi) riesgo inflacionario.
  • Estas tendencias dejan en claro que tomar una postura extremadamente defensiva es muy costoso en el contexto actual y favorecen una mayor exposición a acciones, favorecidas por el contexto de tasas reales más bajas y el put de la Fed, brindando cobertura ante el escenario de riesgo inflacionario y con valuaciones más que razonables. Preferimos acciones de crecimiento de sectores de la nueva economía.
  • La búsqueda de rendimientos favorece al crédito americano, aunque el patrón bastante incierto de recuperación deriva en que nos guste más el crédito de alta calidad más que el de alto rendimiento. El debilitamiento del dólar nos lleva a mantener un muy cauto optimismo en algunos créditos emergentes y materias primas, aunque no están exentos de riesgos.

Mirá el informe Consultatio Visión Global 

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